El sábado 10 de mayo de 2018, CONFER diocesana de Valladolid nos convocó a nuestro retiro de Pentecostés, acompañado por Luica Villanego CCV, del Equipo Ruaj.

Buena respuesta, sobre todo fémina, y también presencia laical. Tiempos de meditación guiada, Tiempos personales de interiorización, Comida compartida y Eucaristía final.

Primera meditación: "Os infundiré mi Espíritu y viviréis" (Ez 37,12). Ayuda para "nombrar mi pentecostés, personal o comunitario", para actualizarlo. La Vida Consagrada tiene una gran historia que contar, y una gran historia que construir, (VC 110).

Segunda meditación: "Pentecostés: experiencia continuada". Tu Hijo, Tu Palabra nos ha hecho ver tu verdadero rostro, el del "Padre materno" que nos acoge, que nos busca dispersos, que nos abre el hogar de su corazón, y nos prepara un banquete de fraternidad y de vida. ¡Danos tu Espíritu de Energía y Viento (=Ruaj)!

Eucaristía final, "nuestro Pentecostés":

Ven, Espíritu Creador: ¡Ven y contágianos el aliento vital de Jesús!

Ven, Espíritu Santo, ¡Ven y enséñanos a escuchar solo a Jesús!

Ven, Espíritu de la Verdad, ¡Ven y conviértenos en discípulos y testigos de Jesús!

Ven, Espíritu del Padre, ¡Ven y enséñanos a orar con las palabras y el corazón de Jesús!

Ven, Espíritu Bueno, ¡Ven y haznos colaboradores del proyecto de Jesús!

Un goteo de gente se dirigió la tarde del viernes 18 de mayo al Centro Vedruna. Goteo de gente y goteo de lluvia, ciertamente el tiempo no acompañaba. Y a la vez que la gente llegaba poco a poco, el equipo Ruaj iba acogiendo y Sisita -Provincial de PVE- cortaba las últimas rosas del jardín de entrada para conformar un ramillete de flores que acabaría simbolizando en la celebración los entornos de una Marisa que nos dejó hace un mes. Y el ramillete se transformó también en un gran ramo con las personas que llenaron la Iglesia del complejo Vedruna para despedir a Marisa en esta ciudad, también su ciudad, y en este Centro Vedruna en la que ella tan activamente participó con el equipo Ruaj.

Desgranar y resumir la vida entregada de Marisa no es fácil…siempre queda algo por decir, algo que añadir, algo que compartir, algo que recordar… se notó el esfuerzo por sintetizar. Y allí presidieron la celebración cuatro sacerdotes que hicieron una auténtica homilía, en su concepto más profundo de “conversar”, de expresar sentimientos, vivencias y anécdotas divertidas sobre su relación con Marisa, y consolar en el dolor a las personas más cercanas. Y por encima de todo, mucho agradecimiento.