Un goteo de gente se dirigió la tarde del viernes 18 de mayo al Centro Vedruna. Goteo de gente y goteo de lluvia, ciertamente el tiempo no acompañaba. Y a la vez que la gente llegaba poco a poco, el equipo Ruaj iba acogiendo y Sisita -Provincial de PVE- cortaba las últimas rosas del jardín de entrada para conformar un ramillete de flores que acabaría simbolizando en la celebración los entornos de una Marisa que nos dejó hace un mes. Y el ramillete se transformó también en un gran ramo con las personas que llenaron la Iglesia del complejo Vedruna para despedir a Marisa en esta ciudad, también su ciudad, y en este Centro Vedruna en la que ella tan activamente participó con el equipo Ruaj.
Desgranar y resumir la vida entregada de Marisa no es fácil…siempre queda algo por decir, algo que añadir, algo que compartir, algo que recordar… se notó el esfuerzo por sintetizar. Y allí presidieron la celebración cuatro sacerdotes que hicieron una auténtica homilía, en su concepto más profundo de “conversar”, de expresar sentimientos, vivencias y anécdotas divertidas sobre su relación con Marisa, y consolar en el dolor a las personas más cercanas. Y por encima de todo, mucho agradecimiento.
La celebración fue avanzando con ricos detalles sobre la manera de ser de Marisa y el saber y sentir constante que estaba allí, con nosotros, porque esa es la creencia que nos une y nos da sentido: la vida se transforma en Vida, con Jesús se ha hecho posible traspasar la muerte y convertirla de nuevo en Vida, porque como en la naturaleza, es preciso morir para volver a vivir. Y el Amor del Padre-Madre es tan grande que todo lo hace posible.
Una hermosa danza de alabanza nos transportó a la época en la que las mujeres se expresaban en medio del pueblo para rendir homenaje a su Dios, el Dios de la maternidad, de la feminidad, de la entrega… y para sentirse parte de El en su idiosincrasia.
Unas preces del corazón nos unieron a todos para darnos cuenta de que el camino continúa, y las hermosas voces de Ain Karem nos alentaban constantemente a dar gracias por el apoyo de Marisa en su día para poner en marcha Su proyecto…
El montaje final de las fotos y palabras dedicadas a Marisa sacaron más de una gota humana -lágrimas- de los presentes aunque parece mentira que a las personas más cercanas aún les queden lágrimas que llorar, y la lectura final de acción de gracias sobre el cuento de una mujer que sigue su sencilla tarea de llevar agua de vida a su casa desde una fuente a pesar de tener el cántaro ligeramente roto, dejando caer gotas de agua por el camino que, al final de sus días hicieron posible que crecieran bellos árboles y flores al bode del camino, me hicieron sentir cómo Marisa también fue esa mujer del cuento… Con su vida y con las gotas que ella fue derramando, hizo posible que se unieran el goteo de personas que acudieron a la celebración, las gotas de lluvia que la Naturaleza nos regaló en el día de ayer y las lágrimas de tristeza compartida que nuestros ojos quisieron dejar salir.
Al marchar y volver la vista hacia atrás, vi la cantidad de personas allí congregadas por el Señor y por la vida de Marisa, hermanas de todas las comunidades Vedruna de Valladolid, gente de la ciudad religiosos y laicos de distintas comunidades y de diferentes parroquias de Valladolid , también personas llegadas desde Asturias, Burgos, Vitoria, Santander, Salamanca, Madrid… grupo del programa de formación El Lago y grupo del Seminario de Acompañamiento Ruah que ese día se reunía en Valladolid… y al fondo, la foto de Marisa y un hermoso mural con el mejor lema con el que se puede resumir la vida de Marisa… “Acogiendo la Vida acompañando la vida”…
Seguimos en camino…
Me alegro contigo, Marisa… Me alegro por tu vida!
Reyes Pérez Perisé